lunes, 24 de diciembre de 2012

Dos Coches


- Bueno, ¿qué era eso que necesitabas recoger con tanta prisa? –preguntó Matt, que seguía recostado contra la tapia con aire indiferente-.
- Lo verás cuando llegue el momento –contestó Dani con una maquiavélica sonrisa en sus labios-. No tendría ninguna utilidad enseñároslo ahora, la verdad. Bueno, cambiando un poco de tema… ¿qué os parece si nos ponemos en marcha? Ya hemos perdido demasiado tiempo por mi culpa…

Habían decidido desplazarse en dos vehículos, por si en algún momento tenían problemas técnicos poder sacarse las castañas del fuego ellos mismos. Sin mucha ceremonia se repartieron: Irene, Lucía y Matt subieron al coche de Irene, un Renault Laguna que sus padres le habían regalado un par de años atrás, cuando les tocó la lotería de Navidad y se compraron el Audi A8. Dani y Nacho subieron al Opel Corsa de Dani, que se había comprado con los ingresos de su trabajo a tiempo parcial como masajista.
Saldrían de su pueblo natal, Trasmoz, en la falda del Moncayo aragonés, y se encaminarían hacia el Monasterio de Piedra. Querían que la primera parada no fuera lejos de casa, pero que fuera un lugar lleno de actividad. Querían volver a un lugar que habían visitado varias veces en sus vidas, ahora que se encontraban en un nuevo estadio de su evolución personal.
Lucía, Irene y Matt iban a terminar Filosofía el año próximo, si todo iba bien, y sus cabezas estaban llenas de preguntas de diversa índole. Dani, que si aprobaba los exámenes de septiembre terminaría Historia del Arte, quería hacer bocetos de todos los lugares fantásticos que iban a visitar, desde capillas destartaladas a bastas cataratas, pasando por altares ostentosos y frondosos bosques. De hecho en esa primera parada encontraría prácticamente todo eso. Nacho estaba cursando Turismo, y era al que le quedaba más tiempo de carrera, porque empezó estudiando Arquitectura en La Almunia, y le costó dos años darse cuenta de que carecía de las habilidades de dibujo y de la visión espacial necesarias para terminar siendo un buen arquitecto.

Además del tema académico, estaba el enredo amoroso en el que se encontraban, y también querían aprovechar el viaje para echarle valor al asunto, pero esa historia llevará más tiempo…

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