domingo, 14 de julio de 2013

Vanitas

                Salió corriendo de entre los árboles, trastabillándose al enredarse en una raíz que sobresalía un poco más de la cuenta. Jadeaba y apenas podía respirar. Su pecho se hinchaba y se desinflaba a un ritmo frenético, pero todavía más veloz corría su corazón. Había entrado en el Bosque de las Ánimas por una apuesta, pensando que no habría nada que pudiera asustarla, y encontró algo que podía lastimarla. Que la había lastimado, y que quizá volviera a hacerlo. No pensaba con claridad. No pensaba en absoluto, porque su instinto de supervivencia había cogido las riendas, adormeciendo su parte más racional. Un destello salvaje, apenas un leve brillo prendía en su mirada, buscando la salida más cercana de aquella nube de oscuridad que lo cubría todo.
                Todo empezó la tarde anterior, un Sábado normal y corriente, de no haber sido porque nadie tenía que trabajar y habían quedado todos allí: Leo, Dani, Marc, "el Pelos", Lucía, Dev y Alicia. Habían empezado la fiesta temprano y habían terminado jugando a un juego que jugaban los adolescentes en la zona, aunque ellos ya estaban bastante creciditos como para ser llamados así. En esa parte de la península, todavía quedaba un sabor de la España antigua, dada a los rumores y a la magia, y entregada a los secretos. Y concretamente allí, en aquél pueblo del Moncayo, las leyendas y el día a día se daban la mano como viejos amigos. Algunos mayores decían que el Moncayo era mágico, y, aunque eran escépticos y no creían en brujas y "esas chorradas", sí creían en esa magia que brotaba de la entrañas de la montaña. Los días de niebla, la gente intentaba no salir a la calle, y cuando preguntabas, nadie admitía lo que todos pensaban: estaban aterrados. La niebla en Moncayo siempre había acompañado a las desapariciones, como si la montaña quisiera cubrir sus jugadas, y evitar miradas extrañas.
                Pues bien, el juego al que jugaban era similar al típico "Verdad o Reto", pero las reglas eran un poco más tétricas. Las verdades consistían en las historias más aterradoras que uno había vivido, que os aseguro, que en esta zona, son muchas, y los retos, eran auténticas pruebas de valor, y no esas pijotadas de ciudad. Dev y Leo habían contado un episodio especialmente aterrador que les había pasado el verano anterior, cuando estaban saliendo juntos, y pasaron unos días en la Torre de la Bruja, una pequeña propiedad que la familia de Leo tenía cerca de Litago. Para no aburriros mucho, os haré un resumen: Hubo corte de luz, fuego, escalofríos, voces y objetos que se movían solos. Aunque lo más aterrador, según nuestros testigos, era la sonora carcajada que sonó para concluir aquél episodio de terror intenso. Todos estaban un poco achispados, pero, a pesar de eso, al escuchar la historia, una gota de sudor recorría su espalda, señal de la tensión que estaban soportando.
                La única excepción era Alicia, que no bebía nunca desde que sufrió el accidente en el que murió su prometido, del que nunca hablaba. Se había vuelto totalmente escéptica y racional, y parecía que nada podía darle miedo. El resto del grupo la protegió durante mucho tiempo, intentando animarla para que dejara de pensar en aquél terrible y trágico incidente, pero ahora se reían de ella por esa actitud tan infantil. No se referían a la férrea convicción de Alicia de que los sucesos extraños tenían una explicación lógica, no. Lo que consideraban infantil era negar el miedo que producían según qué sensaciones. Ellos lo sabían, sabían en lo más profundo de sus corazones que negar un miedo tan visceral como aquél no podía traer nada bueno, así que quisieron darle una lección de humildad a Alicia, y, cuando ella, que no tenía historias tétricas que contar, eligió el reto, la enviaron derecha a la historia de miedo más terrible que iba a vivir en su corta vida. La enviaron al Bosque de las Ánimas la noche de las Brujas, la noche de Halloween.


P.D. Si queréis saber qué encontró Alicia en el Bosque de las Ánimas, al menos seis personas diferentes tienen que comentar esta entrada.